jueves, 26 de octubre de 2017

Enfoques para abordar el análisis de la Lengua y la Literatura



El enfoque comunicativo socio-cultural de la lengua y la literatura

Para la realización de este artículo, se tomará de base el capítulo 1 del libro de Marta Marín ”Lingüística y enseñanza de la lengua”(Aique 1999) y el material de apoyo del IES, a cargo de la profesora Virginia Ayrolo de la asignatura “Práctica docente”
El artículo busca dar un pantallazo sobre los enfoques y las características que les son propias y los distinguen entre sí.

Cuando hablamos de enfoques en el campo educativo, es bueno, tener en cuenta cuales son y a que nos referimos.
La primera pregunta es acaso la más sencilla de responder, los enfoques son el enfoque tradicional, el estructuralista y el comunicativo socio-cultural. Si a priori, quisiéramos establecer un corte sincrónico para taxonomizarlos (el afán clasificatorio producto de mi educación goza de buena salud) diría que el enfoque tradicional es el que cuadraba la mirada sobre la educación allá por la primera mitad del siglo XX, que el estructuralista, de la mano del conductismo imperó a partir de los 60s y durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX, evolucionando en el tecnocrático y que en éstos tiempos, el enfoque comunicativo socio-cultural es quien lleva las riendas de todos los tópicos educativos, ya que los atraviesa y determina.
La segunda pregunta nos sumerge de lleno a pensar las características de dichos modelos y sus concepciones disimiles.
Como movimientos artístico-culturales, estos enfoques son dueños de sus propias particularidades.
El enfoque tradicional naturalizaba una concepción de la lengua en la cual el aprendizaje se fundaba en el asociacionismo. Marta Marín nos ilustra al respecto: “Fundado en una teoría asociacionista, mostraba un proceso de enseñanza y aprendizaje verbalista coronado por el esfuerzo. La enseñanza del lenguaje estaba basada en una teoría lingüística logicista que concebía los aspectos gramaticales dependientes de la lógica, con las consiguientes actividades clasificatorias y analíticas que eso implica. (Marin: pag 6 :1999 )
Al momento de profundizar sobre la gramática, este enfoque planteaba un “análisis lógico-gramatical” que ostentaba en palabras de Marta Marín “…la ausencia de la especificidad sintáctica y taxonómica, p0or falta de rigor clasificatorio…” (Marín: pag 5,6,12: 1999))
Otras características de este modelo eran:

  • Concebir la lectura como práctica de desciframiento sumamente regulada.
  • Predominio de lo normativo.
  • Fuerte influencia de la manera de enseñar el  latín en la enseñanza de la lengua madre.
  • Lo discursivo y textual ligado a lo literario y a una concepción de  “Los buenos ejemplos literarios” que determinaban un canon férreo y poco permeable, altamente sujetos a preceptos morales.
  • Pasividad en el rol de estudiante, preponderancia en el rol desempeñado por el docente, personificación de todos los saberes válidos.
  • La falta de error como criterio de asimilación e integración de los contenidos.

El enfoque estructuralista por su parte, concibe a la lengua desde la palabra circunscripta a sus significados estandarizados por el diccionario, la asimila desde su forma y función y entiende que el aprendizaje debe ser memorístico, por repetición, sobre la base del estímulo respuesta y de los premios o castigos (enfatizando los refuerzos positivos en detrimento de los negativos). Desde los años 60s se imparte en los salones de clase y se respalda desde el conductismo como teoría sustentadora de su filosofía (Marín: pág. 5: 1999)
En cuanto a la gramática, plantea un “análisis sintáctico” de amplia difisión y arraigo en las aulas de nuestro país, cumpliendo a pié juntillas un “afán clasificatorio” en palabras de Marín, al referirse a su predilección por taxonomizar la lengua atendiendo a sus formas y funciones e independizando la lingüística de los terrenos de la lógica y la filosofía.
Cabe agregar que este enfoque se fortalecía desde (Marín: pag.6,7: 1999):

  • La riqueza taxonómica con una fuerte pretensión cientificista.
  • Planificaciones de conductas observables,  esperables y evaluables.
  • Negación de la producción textual cotidiana y de los saberes previos de los estudiantes.
  • Preponderancia por los textos consagrados como vehículos de expresión lingüística, en detrimento de otras manifestaciones de carácter coloquial
  • Distancia entre los estudiantes y su objeto de estudio (la lengua)
  • Percepción de la lengua como objeto de conocimiento y marcada distancia con la lengua de uso.
  • Primacía del docente por sobre el estudiante como portador del saber
  • Desarrollo univoco y unidireccional de la competencia lingüística del estudiante, desestimando otras competencias o ni siquiera considerándolas.
  • Una lógica oracional desde la cual entender la lengua, de funciones puras y enfatizando la noción de la lengua como sistema solo aprensible a nivel textual, no en otros planos.


Por el contrario y finalmente, el enfoque comunicativo socio-cultual, da cuenta  de los nuevos cambios y orientaciones en el campo pedagógico y educativo. De carácter rupturista, plantea un enfoque radicalmente distinto al tradicional y al estructuralista, haciendo de la autonomía y del pensamiento crítico, baluartes de aprendizajes sistemáticos y significantes en el individuo, pensándolo al mismo, inserto y modelado por sus interacciones sociales.
Así como el conductismo era la teoría del aprendizaje que sostenía al enfoque estructuralista, el enfoque socio-cultural, se sustenta en el constructivismo ya que hace foco en el sujeto,  sus interacciones sociales y su desarrollo educativo en consonancia con su sociabilidad; sustento que se rige a su vez entendiendo a la lengua desde la discursividad, ya que ésta dimensión discursiva, textual y lingüística lo determina.
El enfoque comunicativo socio-cultural  se nutre de los aportes de la teoría del discurso, la lingüística textual, la socio-lingüística, la pragmática y la semántica, ya que toma en cuenta al sujeto como un ser social que construye su mundo interior y exterior en relación con otros sujetos.
Entiende a la escritura y a la lectura como procesos, determinando que el sujeto aprende constantemente y enriquece su psico-cognitividad socialmente, mediante su competencia comunicativa, que es la capacidad de utilizar la discursividad y el texto  de acuerdo al entorno en el cual opera.
En el marco de este enfoque,  donde el texto se determina como unidad comunicativa y la oración no alcanza para dar cuenta del sujeto y su aprendizaje, “…los seres humanos no se comunican mediante oraciones, sino  a través de textos  o discursos como unidades de significación” (Marín: pag.14:1999)
Podemos exponer, además de los expuestos,  los siguientes postulados en torno a enfoque  comunicativo socio-cultural:

  • Generar prácticas letradas, insertas en prácticas sociales.
  • Disponer los escenarios de aprendizaje de manera tal que los sujetos se apropien de las prácticas preestablecidas y las anclen desde su conocimiento previo y del mundo.
  • Concepción de significados situados al entorno donde se emplazan.
  • Dialogismo.






Bibliografía:
Marín Marta: ”Lingüística y enseñanza de la lengua”(Aique 1999)
Ayrolo Virginia: apuntes de cátedra de “Práctica docente” Instituto de Formación Superior “Simón Bolívar”

No hay comentarios:

Publicar un comentario